Un poeta con micrófono de call center
Rafa Otegui nos presenta a Hugo Marcone, un joven poeta nacido en 1996, licenciado en Ciencias de la Educación y preceptor en un colegio del Gran Buenos Aires.
Los poetas están por todos lados. Si uno mira con atención, si uno scrollea la vida con cuidado, se los puede cruzar en las esquinas tomando notas en libretas vencidas por el uso y por el peso de sus metáforas. Están en el subte y en las plazas, en los pasillos de algún ministerio, en los locales de comida rápida. Andan por ahí, bostezando en instituciones. Eventualmente se enamoran, se desvelan y se declaran en secreto en sus poemas. Como Hugo Marcone, que le escribe a una compañera de trabajo (¿real, imaginaria?) a la que planea confesarle su amor. Poeta del insomnio, poeta de la timidez y de los romances unilaterales, Marcone construye una voz a la vez tierna e impertinente, una voz despreocupada que avanza un poco en joda y un poco en serio, como si supiera que la ironía es la mejor forma de pactar con lo profundo. “Evito pensar en vos, y el que evita evoca”, dice este joven poeta que en el taller recita con un micrófono vincha de esos que usan en los call centers. Hay algo performático en su tono, algo de rapero melancólico que sabe reírse de sí mismo y que invita a reír a los demás. Los dejo con él. (Rafael Otegui)
Ya es viernes
Busco algo en Wikipedia.
Lo leo, me preparo para olvidarlo y cierro Wikipedia.
Abro twitter, me indigno, lo cierro y lo vuelvo a abrir.
Veo la hora y digo “uy, qué tarde” por quinta vez.
Evito pensar en vos. Y el que evita evoca.
Mañana te voy a decir lo que siento,
voy a empezar con lo siento,
voy a agarrarte desprevenida
en el medio del recreo, voy a ir,
voy a ir y te voy a decir:
perdón, pero me gustás.
¿Qué pretendo yo de tí?
No pretendo nada.
Decirte que me gustás, sin pretensiones.
Me gusta el collage que sos:
un poquito de culpa judeocristiana,
otro poquito de trauma infantil,
algo de psicoanálisis,
algo de amor joligudense
y una pizca de sarcasmo.
Lo que más me gusta de tu collage
es que te aburra ser aburrida;
también tenés muy buena collage,
pero creo que eso no te lo voy a decir
porque no da,
es el recreo
y estamos trabajando.
Capaz directamente no te diga nada.
Me imagino diciéndote que estuve todo el jueves
pensando decirte todo esto el viernes,
y caigo en ese bucle eterno
de pensar en decir que pensaba decir lo que pensaba.
Siempre me pasa eso,
en todas mis declaraciones de amor imaginarias
termino pensando en cualquier cosa.
Pero esta vez voy a darle un final,
voy a pensar desde que te digo perdón, me gustás
hasta que suene el timbre,
cuando termino de decir lo del collage,
mientras me mirás con esas iris color verde año sabático
completamente desconcertada,
voy a hacerte un chiste
todavía no se cuál,
alguno que haga evidente la incomodidad,
seguramente me vas a decir que estás de novia y eso yo ya lo sé
Te dije que no tengo pretensiones,
quiero decirtelo en persona
y en el recreo, porque estoy cansado,
estoy cansado de declararme por whatsapp,
de reaccionar a historias,
de activar solo por un ratito
el última vez conectado a las 3:14,
y volverlo a desactivar;
me quiero declarar en medio del recreo
y que me digas gracias
y pongas la mano como rechazando,
pero rechazando con altura.
Gracias,
gracias pero estoy llena,
algo así.
O que vayas más allá
y me digas que no estoy enamorado,
que sólo estoy aburrido,
que me digas que romantizo el desamor,
y puede ser.
Mi peli preferida es esa
en la que está el malo de Star Wars
con Scarlett Johanson
y se divorcian
y se gritan y se quieren, pero separados,
y cuando él se está por ir a su casa
ella le dice “esperá!”
y le ata los cordones.
Puede ser que romantice un poco el desamor,
pero no tiene nada que ver con esto,
o no tanto.
Te dije que me gustás y que me gusta
cómo criticás a las mismas personas
que criticaría yo: eso es lo que más me gusta.
Tus argumentos al criticar son hermosos,
porque yo critico a todos,
medio por costumbre,
y siempre es igual,
pero vos no criticás nunca
y cuando criticás,
criticás tan lindo.
El otro día hablabas
de un profesor tuyo del profesorado,
dijiste que era un desastre
y que se dio cuenta de que lo odiabas,
y mientras lo decías,
con esos huequitos que se te forman al lado de la boca,
yo pensaba qué linda,
porque no sólo estabas criticando,
sino que te entristecía,
y verte triste y criticando fue la cereza,
y por eso no puedo dormir,
porque en twitter somos todos unos pelotudos,
y porque cuando criticabas a tu profesor
casi se te cae una lágrima, que si se caía
la iba a querer atajar,
y sonó el timbre
de la alarma
y no pegué un ojo
y ya es viernes.
🧡🧡🧡🧡
M e e n c a n t ó ! FENOMENAL